Andrés Cester (Barcelona, 1992) es uno de los tres ex compañeros de universidad que en 2016 lanzaron Colvin, una novedosa propuesta dentro del sector de envío de flores a domicilio que no ha dejado de crecer desde entonces. Ahora, dos años y tres rondas de financiación más tarde, Colvin da sus primeros pasos en un mercado exterior (Italia) y se prepara para una expansión mayor. Para conocer un poco más acerca de este eCommerce y sus planes de futuro, hemos hablado con Andrés Cester.
La idea surgió tras varias experiencias comprando flores online. Hacía tiempo que queríamos hacer algo nuevo, disruptivo, y junto con Marc y Sergi nos dimos cuenta de que podíamos mejorar estas experiencias. ¿Nuestra idea? Revolucionar y deslocalizar el hábito de compra de las flores recuperando su magia.
Nuestro valor diferencial es aprovechar las ventajas del mundo digital, pero sin olvidar la proximidad y el servicio al cliente personalizado. En Colvin apostamos por las flores frescas y de calidad, así que nuestro objetivo es evitar intermediarios y reducir los tiempos de espera entre que recogemos la flor del productor y llega a casa.
Nuestro principal cliente son las mujeres, pero es verdad que el paradigma está cambiando, y cada vez más hombres compran flores. Las flores son un producto asociado al consumo puntual, y esto es lo que queremos cambiar. No tiene que ser una fecha especial para tener flores frescas en casa, ¡o en el trabajo!
En Colvin tenemos una amplia variedad de ramos, todos ellos realizados con flores frescas que llegan directamente del campo a tus manos. Nos gusta trabajar con flor de temporada, así que a parte de los productos que podemos encontrar durante todo el año, vamos creando nuevas colecciones.
Tenemos un gran equipo, con una gran capacidad creativa, con iniciativa y con muchas ganas de seguir creciendo. Probamos muchas de las ideas que tenemos, algunas nos funcionan y otras no, pero está claro que de todas aprendemos. Nuestro objetivo es ofrecer un servicio de máxima calidad y en ello ponemos todos nuestros esfuerzos día a día.
Es muy emocionante comprobar qué los inversores creen en nosotros y en el potencial del equipo y de la empresa. Hemos trabajado muy duro y seguimos aprendiendo cada día para seguir mejorando. Esta última ronda nos está permitiendo hacer que el equipo crezca y enfocarnos en la internacionalización de la marca con la reciente apertura en Italia.
Acabamos de dar un gran paso con el aterrizaje de la marca en el mercado italiano. Italia es un mercado con muchísimo potencial, a los italianos les encanta comprar y regalar flores, gastando de media casi el doble que los españoles, y si bien es verdad que lo suelen hacer en tiendas tradicionales, el mercado digital está evolucionando muy rápido así que era el momento perfecto.
Somos conscientes de que nuestro producto es escalable, Italia es sólo el primer paso. Pero queremos ir poco a poco afianzado todos los mercados a los que vamos llegando.
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Que se atreviese a pensar en grande y que intentase rodearse de la gente más válida y enamorada del proyecto posible.
“The Colvin Co., la magia de las flores que conquista el Sur de Europa”
Poco a poco se van estableciendo las reglas del juego. Hace unos años el proceso de transformación digital iba un poco por libre, había que pasar del mundo offline al online, el cómo no era lo importante. The Colvin Co. es un proyecto nativo digital, así que nos hemos podido adaptar muy bien a un mercado cada vez más exigente. Y este mercado va a seguir creciendo en exigencia, así que las marcas tendremos que ofrecer productos innovadores de valor diferencial y con un alto nivel en la atención al consumidor, y en Colvin estamos siguiendo este camino.
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