En un mundo sobresaturado de productos y marcas es muy importante crear una identidad visual que te permita distinguirte de la competencia, para así dejar una huella y mantenerte en la mente del consumidor. Se puede definir la identidad visual como una serie de elementos o características de una marca que la hacen única y diferente del resto, a la vez que reflejan cómo es la empresa y sus valores.
Estos elementos necesitan encajar en conjunto para proporcionar coherencia, consistencia y flexibilidad en los medios en los que se presenta la marca. Todo esto se hace bajo una serie de normativas de uso, que más adelante se materializan en un manual de marca o manual de identidad corporativa. En pocas palabras, la identidad visual consiste en plasmar visualmente cuál es el concepto y cualidades de un producto o marca en general.
Algunos de los elementos más importantes cuando se quiere desarrollar la identidad visual de una empresa son el logo, la tipografía, la paleta de colores, los materiales de divulgación y los elementos de redes sociales. Estos últimos incluyen imágenes de post, avatar y portadas.
Esta es la representación visual de la marca, lo que hace que las personas la reconozcan y diferencien del resto. Está compuesta por elementos tipográficos y/o gráficos, que al combinarlos deben expresar un mensaje claro y directo. Un logo bien definido y claro puede promover una tasa de reconocimiento del 80%.
Es necesario definir la fuente tipográfica, así como el tamaño a utilizar para lograr una mejor jerarquización de la información según cada tipo de contenido que se desarrolle. Una misma marca puede tener una tipografía principal o corporativa, para el logo principal, y una tipografía secundaria para otras informaciones que quiera incluir en un formato audiovisual específico.
Cada color genera respuestas emocionales y asociaciones en los consumidores, comprender la psicología del color es clave. Será necesario definir una paleta de color principal o corporativa, que se use en el logotipo principal de la empresa, y una paleta de color secundaria, que esté basada en la principal pero con pequeñas variaciones. Además de esto, hay que aclarar en qué momento o en qué mensajes se debe usar una u otra.
Estos son elementos gráficos, patrones e iconografías que ayudan al consumidor a reconocer la marca. Aunque estas tienen un uso específico y no todas las marcas las utilizan, las extensiones visuales ayudan a crear lineamientos gráficos específicos para cada tipo de contenido, lo que ayuda a las personas a tener una visión más organizada de la empresa.
Este elemento se refiere a la forma en que la marca se dirige a su público. A través del tono y la personalidad, se puede apelar mejor a la audiencia objetivo de la marca, si es seria, juvenil o tiene unas características o forma de ser en específico.
Una pregunta que ayuda a su construcción es imaginar a la marca como una persona y tratar de preguntarse ¿cómo sería?
La identidad visual no es algo que debe tomarse a la ligera y debe hacerse de forma ordenada a través de diferentes fases:
Esta plataforma de música, podcasts y vídeos digitales, se ha basado en una identidad visual con elementos y diseños sencillos, optando por el verde y el negro como colores principales. Así mismo, la marca ha sumado una gran variedad de colores secundarios a su paleta de colores, combinando tonalidades más oscuras con otras más llamativas en busca de una estética alternativa y juvenil. También apuestan por los degradados y por las formas y estética psicodélicas que nos transportan a un mundo alternativo, fresco y divertido. Esto es algo que Spotify transmite muy bien con los diseños de las portadas de sus Wrappeds, por ejemplo.
Para hacer frente a las diferentes culturas y códigos visuales presentes en cada mercado al que entra se han decantado por un logo de letras que puede ser reconocido por cualquiera. Su paleta de colores son el negro y el rojo con una tipografía que refleja la curvatura de un cinemascopio antiguo, reforzando la asociación entre la marca y la calidad audiovisual.
Así mismo, han logrado convertir su primera letra, la “N” en un icono reconocido que sirve para presentar el inicio de los contenidos de la plataforma. Según la propia Netflix, esta letra «representa conexión y un flujo interminable de historias. Simple e icónica, genera instantáneamente reconocimiento de marca».
La imagen de Correos experimentó un rebranding en 2019 que dejó como protagonista absoluto a su símbolo, compuesto por la cornamusa y la corona, eliminando su propio nombre del logotipo. En cuanto a los colores, el amarillo y el azul marino se presentan como tonos brillantes, alegres y con fuerza. Su diseño y estética buscan transmitir sencillez a la par que digitalización, aludiendo a la modernización de una empresa icónica en España con una larga trayectoria a sus espaldas.
Por su parte, la fuente tipográfica es exclusiva de la marca y se llama “Cartero”, en honor a sus trabajadores que realizan entregas de cartas y paquetes cada día.
Foto: Depositphotos
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