Meta Platforms, la empresa matriz de Facebook, enfrenta una demanda interpuesta por reconocidos autores, incluyendo a Sarah Silverman, Richard Kadrey y Ta-Nehisi Coates, que acusan a la plataforma de utilizar sus obras -protegidas por derechos de autor- para entrenar a sus modelos de inteligencia artificial Llama, sin obtener el permiso correspondiente. Esta situación ha generado un debate sobre el uso de contenido protegido en el desarrollo de tecnologías de IA generativa y podría sentar un precedente clave.
El caso ha tomado relevancia luego de que un juez de distrito en Estados Unidos permitiera que la demanda siga adelante, desestimando la solicitud de Meta de anularla. La compañía ha argumentado que el uso de estos materiales para entrenar su IA está protegido por el principio de uso justo (fair use), pero los autores sostienen que la tecnológica ha infringido la ley al utilizar sus textos sin licencia ni compensación.
Los demandantes alegan que Meta recopiló grandes volúmenes de contenido protegido para entrenar a Llama, su modelo de IA generativa. De acuerdo con los documentos judiciales, la compañía habría utilizado bases de datos que incluyen libros pirateados, como los alojados en bibliotecas en línea no autorizadas, para alimentar su sistema de aprendizaje automático. Este tipo de práctica ha sido objeto de controversia en la industria tecnológica, ya que plantea dudas sobre el respeto a los derechos de los creadores.
El litigio forma parte de un conjunto más amplio de demandas contra grandes empresas tecnológicas por el uso de materiales protegidos en los entrenamientos de sus IAs. OpenAI también ha sido objeto de demandas similares por parte de escritores y artistas que buscan proteger su propiedad intelectual frente a modelos de IA que, en su opinión, se benefician de su trabajo sin ofrecerles compensación alguna.
En este caso, además de buscar una compensación económica, los autores pretenden establecer un marco regulatorio más claro sobre el uso de obras con derechos de autor en el desarrollo de IA. Según los demandantes, la falta de transparencia en los procesos de entrenamiento de estos modelos impide que los creadores tengan control sobre cómo se utilizan sus textos y si pueden recibir retribuciones justas por ello.
El juez del distrito en el que recayó la presentación judicial, Vince Chhabria, permitió que la demanda de los autores contra Meta siga adelante, al considerar que la supuesta infracción de derechos de autor representa un “daño concreto suficiente” para justificar el litigio. Sin embargo, criticó la retórica utilizada por los abogados de los demandantes, calificándola de “exagerada”.
En su fallo, Chhabria señaló que los autores han presentado pruebas suficientes para alegar que Meta eliminó intencionalmente la información de gestión de derechos de autor (CMI) de sus obras. Esta acción, según el juez, podría haber sido un intento de la empresa para evitar que Llama generara contenido que delatara el uso de materiales protegidos en su entrenamiento.
No obstante, el magistrado desestimó las acusaciones basadas en la Ley Integral de Acceso a Datos Informáticos y Fraude de California (CDAFA, por sus siglas en inglés), una normativa estatal que penaliza el acceso no autorizado a sistemas informáticos, redes y datos almacenados en computadoras.
El juez argumentó que los demandantes no demostraron que Meta hubiera accedido a sus computadoras o servidores, sino únicamente a sus libros, lo que no constituye una violación de dicha normativa.
La compañía liderada por Mark Zuckerberg ha respondido a la demanda alegando que el uso de los textos en cuestión es legítimo bajo la doctrina del uso justo (fair use), un principio legal en EE. UU. que permite ciertos usos de materiales protegidos sin necesidad de permiso o pago de regalías. La compañía argumenta que su modelo no reproduce directamente el contenido de los libros, sino que los utiliza como referencia para generar respuestas nuevas y originales.
Sin embargo, esta defensa es cuestionada por los autores, quienes sostienen que la IA de Meta no solo ha sido entrenada con sus libros sin autorización, sino que también puede generar contenido que imita su estilo o reproduce fragmentos cercanos a sus obras originales. Esto, argumentan, representa una violación de sus derechos como creadores y pone en riesgo la viabilidad de su trabajo en la era digital.
El debate sobre el uso justo en IA es uno de los puntos clave de este caso. Si bien la ley en EE.UU. permite ciertos usos transformativos de contenido protegido, no está claro si el entrenamiento de modelos de IA encaja dentro de estos parámetros. Hasta ahora, los tribunales no han establecido reglas definitivas sobre el tema, lo que significa que este caso podría ser determinante para futuras decisiones judiciales en la materia.
Si la justicia falla a favor de los autores, Meta y otras compañías podrían verse obligadas a pagar licencias o compensaciones a los creadores cuyos trabajos sean utilizados para entrenar IA.
Por otro lado, un fallo favorable a Meta podría sentar un precedente que permita a las empresas tecnológicas seguir utilizando contenido protegido sin requerir permisos explícitos, siempre y cuando se considere que el uso es lo suficientemente transformativo. Esto generaría preocupación en la comunidad creativa, ya que podría significar que sus obras pueden ser utilizadas libremente sin que reciban compensación alguna.
Mientras tanto, la industria editorial y otros sectores afectados están observando de cerca este caso, ya que su resultado podría influir en futuras negociaciones entre creadores y plataformas tecnológicas. A medida que la inteligencia artificial avanza y se vuelve más sofisticada, crece la necesidad de definir marcos legales que equilibren la innovación con la protección de los derechos de autor.
¿Qué opinas sobre este asunto? ¿Meta está en si derecho de utilizar el material de los autores para entrenar a sus IAs o debería pagar por los derechos de las obras? Te leemos 👇
Foto: Flux
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