Desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump no ha soltado el bolígrafo ni un minuto. En menos de 24 horas ha firmado más de 100 medidas, entre ellas, un ambicioso proyecto de colaboración público-privada llamado Stargate, en el que participan las tecnológicas OpenAI, Microsoft, Nvidia Oracle y Arm, siendo los principales financiadores SoftBank, OpenAI, Oracle y MGX.
Con una inversión estimada de 500.000 millones de dólares (unos 479.175 M€) en infraestructuras de inteligencia artificial (IA) a lo largo de cuatro años, el plan pretende transformar el panorama global de la tecnología y consolidar el liderazgo de Estados Unidos en el sector.
El proyecto Stargate se plantea como una iniciativa sin precedentes, tanto en escala como en ambición. Su enfoque principal radica en construir una red de centros de datos avanzados y fomentar el desarrollo de aplicaciones prácticas de la IA en sectores estratégicos, como la salud, la seguridad y la economía. La iniciativa también se alinea con la estrategia de reindustrialización y seguridad nacional impulsada por Trump.
La iniciativa fue anunciada en una conferencia de prensa ofrecida por Trump, de la que participaron también Sam Altman, CEO de OpenAI, Masayoshi Son, fundador de SoftBank, y Larry Ellison, cofundador de Oracle.
El presupuesto inicial de Stargate incluye una inversión inmediata de 100.000 millones de dólares, con un objetivo a largo plazo de alcanzar los 500.000 millones. Esta cifra marca un récord en iniciativas tecnológicas y coloca a Estados Unidos en una posición destacada en la competencia global por el liderazgo en IA, especialmente frente a rivales como China y la Unión Europea.
SoftBank, conocido por sus grandes apuestas en tecnología, lidera la financiación del proyecto, mientras que OpenAI será el encargado de implementar las operaciones y desarrollar los sistemas de inteligencia artificial. Por su parte, Oracle aportará su experiencia en bases de datos y servicios en la nube, fundamentales para gestionar las enormes cantidades de datos que se generarán y procesarán en estos centros.
El dinero se destinará a infraestructuras físicas, y a la investigación y desarrollo (I+D) de nuevas tecnologías y aplicaciones prácticas para la IA. Esto incluye áreas como la automatización industrial, el diagnóstico médico mediante inteligencia artificial y la optimización de procesos logísticos en sectores críticos.
Uno de los aspectos más destacados de Stargate es la alianza estratégica entre Microsoft, OpenAI y otros gigantes tecnológicos como Nvidia y Arm. Microsoft, que ha mantenido una relación estrecha con OpenAI desde 2019, jugará un papel clave proporcionando tecnología en la nube y soporte técnico para las operaciones del proyecto. En un comunicado oficial conjunto, las empresas explicaron cómo trabajarán a futuro, en un contrato que las unirá hasta el año 2030:
Por otro lado, Nvidia, líder en hardware y chips de alto rendimiento, proporcionará las unidades de procesamiento gráfico (GPU) necesarias para los modelos avanzados de IA, mientras que Arm contribuirá con soluciones optimizadas para procesadores de bajo consumo, ideales para aplicaciones distribuidas.
Finalmente, Oracle, con su experiencia en soluciones empresariales, desempeñará un papel crucial en el manejo de datos, garantizando que las plataformas sean robustas, seguras y escalables.
El primer gran campus de Stargate estará ubicado en Texas, un estado que ha emergido como un hub tecnológico en los últimos años gracias a su enfoque favorable hacia las empresas y su acceso a fuentes de energía renovable. A futuro, como indica OpenAI en un comunicado oficial, “estamos evaluando posibles sitios en todo el país para más campus a medida que finalizamos los acuerdos definitivos”.
Este centro será un modelo a seguir, que incluirá tecnologías avanzadas de enfriamiento para servidores, energías limpias y diseños sostenibles. Las instalaciones desempeñarán un papel clave en el procesamiento de grandes cantidades de datos y en el desarrollo de modelos avanzados de IA, como los sistemas de lenguaje de última generación y las redes neuronales para análisis predictivo.
La elección de estas ubicaciones no solo responde a consideraciones técnicas, sino también políticas y estratégicas. Trump ha destacado la importancia de que estas inversiones generen empleo en áreas que han sido tradicionalmente afectadas por la desindustrialización, como el Rust Belt (o cinturón de óxido, una región del Nordeste y Medio Oeste de Estados Unidos que ha sufrido un marcado proceso de decadencia industrial y económica a partir de los años 1970), revitalizando así economías locales.
El impacto económico de Stargate se proyecta como significativo. Según las estimaciones iniciales, el proyecto podría generar más de 100.000 empleos directos en Estados Unidos, además de decenas de miles de empleos indirectos relacionados con la construcción, mantenimiento y operación de los centros de datos. Esto no solo refuerza la economía local, sino que también posiciona a Estados Unidos como un líder mundial en tecnología de IA, un sector que se espera que tenga un valor de billones de dólares en las próximas décadas.
Desde el punto de vista geopolítico, Stargate también tiene un fuerte componente estratégico. Al fortalecer las capacidades de IA de Estados Unidos, el proyecto busca garantizar que el país no dependa de tecnologías extranjeras, especialmente en áreas críticas como la defensa y la seguridad nacional. Esta independencia tecnológica es vista como una prioridad en un contexto global donde la rivalidad tecnológica con China se intensifica.
Además, Stargate podría servir como una herramienta de diplomacia tecnológica, permitiendo a Estados Unidos establecer alianzas más sólidas con otros países que buscan adoptar tecnologías avanzadas de IA. Esto podría traducirse en nuevas oportunidades de mercado para las empresas involucradas en el proyecto.
A pesar del entusiasmo generado por Stargate, el proyecto no está exento de desafíos ni críticas. Los defensores de la privacidad y los derechos digitales han expresado preocupaciones sobre el uso de la IA en áreas sensibles como la seguridad nacional, temiendo que pueda llevar a una mayor vigilancia masiva.
Además, algunos analistas han señalado que una inversión de esta magnitud podría generar desigualdades regionales si no se gestiona adecuadamente. Si bien la creación de empleos es un objetivo clave, existe el riesgo de que los beneficios económicos se concentren en ciertas áreas mientras otras quedan rezagadas.
Por último, la sostenibilidad también es un tema de debate. Los centros de datos son conocidos por su alto consumo energético, y aunque Stargate planea utilizar fuentes renovables, eso no asegura que el proyecto no contribuya a la crisis climática.
Foto: Canva
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