La reciente oferta de Elon Musk para comprar OpenAI por 97.400 millones de dólares ha reavivado una de las disputas más relevantes en la industria tecnológica. Este movimiento no solo refleja la ambición de Musk por recuperar el control de una empresa que cofundó, sino que también subraya las diferencias ideológicas entre él y Sam Altman, actual CEO de OpenAI.
A lo largo de los años, la relación entre ambos ha pasado de la colaboración a la enemistad, con acusaciones cruzadas y visiones enfrentadas sobre el desarrollo de la inteligencia artificial. En este artículo, exploramos el origen de OpenAI, la salida de Musk de la empresa, la evolución de su relación con Altman y los motivos detrás de su millonaria oferta.
En diciembre de 2015, Elon Musk y Sam Altman, junto a otros inversores y expertos en tecnología como Peter Thiel, Jessica Livingston y Reid Hoffman, fundaron OpenAI con el objetivo de desarrollar una IA avanzada que beneficiara a toda la humanidad. La iniciativa nació como una organización sin ánimo de lucro con una promesa clara: crear inteligencia artificial de código abierto y garantizar que sus avances no fueran controlados por grandes corporaciones.
Los fundadores anunciaron una inversión inicial de 1.000 millones de dólares, aunque reportes posteriores revelaron que la cantidad realmente aportada fue de aproximadamente 130 millones de dólares. Elon Musk contribuyó con menos de 45 millones, una cifra significativamente menor a lo prometido inicialmente. Además, Jessica Livingston, Peter Thiel, Reid Hoffman, y las compañías Amazon Web Services, Infosys e YC Research, actuaron como donantes.
Sin embargo, la visión de OpenAI cambió con el tiempo. En 2019, la organización adoptó un modelo de “lucro limitado” para atraer inversiones y asegurar su desarrollo tecnológico, lo que generó fricciones entre Musk y el equipo directivo.
En 2018, Elon Musk abandonó el consejo de administración de OpenAI. Oficialmente, alegó que su salida se debía a un posible conflicto de interés con Tesla, ya que la empresa automotriz también estaba desarrollando tecnología de inteligencia artificial para sus vehículos autónomos.
Sin embargo, una investigación posterior del medio Semafor, asegura que Musk intentó tomar el control de OpenAI antes de su salida y que, ante la negativa del resto del equipo directivo, decidió retirarse y dejó de financiar la organización. Desde entonces, ha sido un crítico constante de la evolución de OpenAI, especialmente tras su alianza con Microsoft, que en 2023 invirtió 10.000 millones de dólares en la compañía.
Las diferencias filosóficas entre Musk y Altman se hicieron cada vez más evidentes. Mientras Musk defendía una IA de código abierto y con una supervisión estricta, Altman apostaba por un modelo de desarrollo acelerado y con una estructura empresarial que permitiera captar inversiones a gran escala.
En julio de 2023, Elon Musk fundó xAI con el objetivo de desarrollar una inteligencia artificial general (AGI) enfocada en la búsqueda de la verdad y la seguridad, diferenciándose de compañías como OpenAI y Google DeepMind.
Desde su lanzamiento, xAI ha trabajado en modelos de IA como Grok, un chatbot integrado en la plataforma X (ex Twitter), que busca competir con ChatGPT, aunque aún está en una etapa temprana de desarrollo y no ha logrado el mismo impacto que OpenAI en el mercado. Musk ha insistido en que xAI desarrollará una IA más transparente y menos influenciada por intereses corporativos.
La rivalidad entre Altman y Musk escaló en febrero de 2024, cuando este último presentó una demanda contra OpenAI y Sam Altman ante el Tribunal Superior de San Francisco, acusándolos de priorizar intereses comerciales sobre la seguridad de la IA. En el escrito, el magnate acusaba a la compañía de incumplimiento de contrato, alegando que habían violado el acuerdo fundacional que establecía que la investigación en inteligencia artificial de OpenAI debía enfocarse en desarrollar tecnología en beneficio de la humanidad y no con fines lucrativos. Según Musk, la alianza de OpenAI con Microsoft había desvirtuado su objetivo inicial de lograr una IA general pública y de código abierto, transformándola en una entidad de código cerrado orientada a maximizar las ganancias.
OpenAI negó las acusaciones, -las cuales calificó de “incoherentes” y “frívolas”- afirmando que Musk comprendía desde el principio que su misión no implicaba necesariamente la liberación de una IA de código abierto. La compañía defendió su asociación con Microsoft y su evolución hacia una estructura de “lucro limitado” como estrategias necesarias para atraer inversiones y talento, asegurando que estas decisiones estaban alineadas con su misión de desarrollar una IA segura y beneficiosa para la humanidad.
El pasado enero, Donald Trump anunció la creación del proyecto Stargate, que consistirá en la construcción de una red de supercomputadoras avanzadas, diseñadas para entrenar y ejecutar modelos de AGI a gran escala. Para esto, se espera una inversión de 500 mil millones de dólares que serán aportados por SoftBank, OpenAI, Oracle y MGX.
Elon Musk calificó el plan como “una estafa monumental para captar fondos”. A través de X, el magnate afirmó que OpenAI se ha convertido en “una extensión de Microsoft disfrazada de organización independiente” y que Altman está utilizando promesas exageradas para atraer inversionistas. Musk sostiene que el costo proyectado es excesivo y que OpenAI, en lugar de desarrollar una IA abierta y transparente, está consolidando un monopolio tecnológico con el apoyo de grandes corporaciones.
Announcing The Stargate Project The Stargate Project is a new company which intends to invest $500 billion over the next four years building new AI infrastructure for OpenAI in the United States. We will begin deploying $100 billion immediately. This infrastructure will secure… — OpenAI (@OpenAI) January 21, 2025
Announcing The Stargate Project
The Stargate Project is a new company which intends to invest $500 billion over the next four years building new AI infrastructure for OpenAI in the United States. We will begin deploying $100 billion immediately. This infrastructure will secure…
— OpenAI (@OpenAI) January 21, 2025
El último capítulo del enfrentamiento entre Altman y Musk se dio ayer, cuando el dueño de X , junto a un consorcio de inversores, presentó una oferta no solicitada de 97.400 millones de dólares para adquirir la fundación que controla OpenAI. Esta propuesta, anunciada por The Wall Street Journal, fue vista como una opa hostil, ya que no hubo negociaciones previas con la directiva de OpenAI. A través de su red social, Musk argumentó que era el momento de que OpenAI “volviera a ser una fuerza para el bien, centrada en la seguridad y de código abierto, como lo fue en su día”.
“Este es el momento para que OpenAI vuelva a ser una fuerza para el bien, centrada en la seguridad y de código abierto, como lo fue en su día”, señaló Musk en el comunicado facilitado por su abogado. “Nos aseguraremos de que esto suceda”, insistió.
Sin embargo, la oferta no se ha visto como una propuesta real de Musk, sino como una provocación, ya que el valor real estimado de OpenAI supera los 300 mil millones de dólares, una cifra que más que triplica lo ofrecido por el sudafricano.
La reacción de Sam Altman a la oferta de Musk fue inmediata y contundente. No solo rechazó la propuesta, sino que respondió de manera sarcástica a través de la plataforma X escribiendo: “No, gracias, pero podríamos comprar Twitter por 9.740 millones de dólares si lo deseas”.
Swindler — Elon Musk (@elonmusk) February 10, 2025
Swindler
— Elon Musk (@elonmusk) February 10, 2025
El comentario de Altman hacía referencia a la compra de Twitter por parte de Musk en 2022, por un total de 44.000 millones de dólares, un movimiento que ha sido ampliamente criticado por su gestión caótica de la red social.
Con este rechazo, OpenAI dejó claro que no tiene intención de ceder el control de la empresa, manteniendo su actual alianza con Microsoft y otros inversores.
Claro que, la última palabra la tuvo Elon Musk, quien respondió el comentario de Altman con una sola palabra: “Swindler” (en castellano, estafador). Y luego respondió otro posteo con un juego de palabras, alterando el nombre del dueño de openAI: “Scam Altman” (“Estafa” Altman, en vez de Sam Altman).
Scam Altman — Elon Musk (@elonmusk) February 10, 2025
Scam Altman
La batalla entre Elon Musk y Sam Altman va más allá de una simple disputa empresarial. Representa dos visiones opuestas sobre el futuro de la inteligencia artificial:
La oferta de 97.400 millones de dólares ha sido un golpe mediático, pero difícilmente cambiará el rumbo de OpenAI. Mientras tanto, la rivalidad entre Musk y Altman seguirá marcando el desarrollo de la IA en los próximos años.
Foto: Grok.
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