En uno de los movimientos comerciales más importantes en la historia de la moda, el grupo Prada confirmó la compra de Versace por un valor total de 1.250 millones de euros (pendiente de la aprobación de los organismos reguladores y prevista para completarse a finales de 2025). La operación devuelve a manos europeas a la icónica casa de moda italiana, que desde 2018 era controlada por el conglomerado estadounidense Capri Holdings Limited.
Ahora, la marca milanesa fundada en 1913 por Mario Prada buscará reposicionarse en el panorama global del lujo, compitiendo con gigantes como LVMH o Kering.
Esta fusión tiene el potencial de transformar al grupo Prada en el tercer mayor conglomerado europeo del sector, tras LVMH y Kering. Además, se interpreta como una respuesta estratégica a la creciente concentración del mercado de lujo bajo grandes conglomerados franceses.
La adquisición de Versace permite a Prada reforzar su portfolio con una marca globalmente reconocida, con fuerte presencia en Estados Unidos y Asia, y con un alto potencial de expansión en los segmentos de moda femenina, calzado, accesorios y lifestyle. Ambas marcas son, además, dos grandes referentes en el campo del marketing y la publicidad, tras años de campañas icónicas y patrocinios. Para que te hagas una idea, de acuerdo con las cuentas anuales de Prada, en 2023 invirtió 420,3 millones de euros en publicidad y comunicación, un 8,9% de sus ingresos netos del ejercicio. Esta cifra supone un incremento del 17% respecto al gasto registrado en 2022, que fue de 359,1 millones de euros.
Según el comunicado oficial del grupo Prada, el objetivo la compra es potenciar la complementariedad creativa y comercial de ambas casas. Versace mantendrá su independencia creativa y su dirección artística actual. Asimismo, se integrará dentro del ecosistema operativo del grupo, beneficiándose de su plataforma tecnológica, su red de distribución global y sus capacidades de producción verticalizadas.
Como explicó Patrizio Bertelli, presidente y director ejecutivo del Grupo Prada, “Nuestro objetivo es continuar el legado de Versace, celebrando y reinterpretando su estética audaz y atemporal; al mismo tiempo, le brindaremos una plataforma sólida, reforzada por años de inversión continua y arraigada en relaciones duraderas. Nuestra organización está preparada y bien posicionada para escribir una nueva página en la historia de Versace”.
Versace es una marca con una historia rica y una identidad muy marcada. Fundada en Milán, se distingue por la opulencia de sus diseños, los estampados barrocos, el uso del dorado y el emblemático logotipo de la Medusa. Ha vestido a celebridades como Elton John, Madonna y Lady Gaga, y es considerada una de las casas que mejor encarna el ADN del glamour italiano.
#KateMoss modeling #Prada Spring 1996 and #Madonna wearing it at the 1995 on December 3, 1995! pic.twitter.com/RJERPxHsbm — Madonna Scrapbook (@m_scrapbook) March 18, 2018
#KateMoss modeling #Prada Spring 1996 and #Madonna wearing it at the 1995 on December 3, 1995! pic.twitter.com/RJERPxHsbm
— Madonna Scrapbook (@m_scrapbook) March 18, 2018
Además, ambas marcas protagonizan muchas portadas de las publicaciones más importantes en el mundo de la moda internacional, como Vogue, Elle, Harper’s Bazaar, Vanity Fair, etc.
Gwyneth Paltrow wears #PradaSS25 in a recent issue of Vanity Fair. The editorial was photographed by Ned Rogers and styled by George Cortina. #PradaEditorials pic.twitter.com/QTDNN9Kz0B — PRADA (@Prada) April 10, 2025
Gwyneth Paltrow wears #PradaSS25 in a recent issue of Vanity Fair. The editorial was photographed by Ned Rogers and styled by George Cortina. #PradaEditorials pic.twitter.com/QTDNN9Kz0B
— PRADA (@Prada) April 10, 2025
En los últimos años, la compañía ha reforzado su presencia digital y su apuesta por la sostenibilidad. Su perfil corporativo destaca un compromiso con la inclusión, la diversidad y la innovación (al menos desde el discurso), valores que encajan con la estrategia de transformación del grupo Prada.
Prada, por su parte, representa una visión del lujo profundamente enraizada en la sofisticación intelectual y la innovación estética. También nacida en Milán, la firma fue fundada en 1913 y ha construido su legado sobre una elegancia refinada, experimental y conceptualmente provocadora. Bajo la dirección creativa de Miuccia Prada, la marca ha redefinido los códigos de la moda contemporánea con una mezcla única de minimalismo, funcionalidad y crítica social, con tendencia progresista (siempre dentro de los parámetros del lujo, claro).
Parte de la oferta de la nueva temporada de moda para hombre. Versace.
Tanto Prada como Versace han sabido canalizar sus producciones a través del marketing. Lo visual en el mercado de moda de lujo es lo más importante y el impulso publicitario también. Y en ese sentido, ambas marcas son ejemplos a seguir. Además de la perfección de sus producciones fotográficas y audiovisuales, ambas marcas han invertido grandes sumas de dinero en buscar embajadores de marca de muchísimo peso.
Como mencionamos anteriormente, Versace ha vestido a personajes como Elton John, Madonna y Lady Gaga, y trabajó con supermodelos legendarias como Naomi Campbell, Cindy Crawford y Claudia Schiffer, además de estrellas contemporáneas como Gigi Hadid, Dua Lipa y Zendaya.
Campaña de Versace con la cantante Dua Lipa
Por su parte, Prada ha desarrollado campañas que quedarán grabadas en la historia de la moda, caracterizadas por una estética cinematográfica y vanguardista. De hecho, ha colaborado con directores como Wes Anderson y Ridley Scott, y entre sus embajadores destacan Scarlett Johansson, Ezra Miller, Hunter Schafer y más recientemente Letitia Wright y Jake Gyllenhaal. Estas colaboraciones han permitido a la casa conectar con nuevas generaciones y consolidar su posicionamiento como una marca culturalmente relevante y con visión de futuro.
En 2018, cuando Versace fue puesta en venta, Prada ya figuraba entre los posibles compradores interesados en incorporar a su portafolio una marca con tanto peso simbólico e internacional. Sin embargo, en aquel momento, fue el grupo estadounidense Capri Holdings -propietario de Michael Kors- quien se adelantó en las negociaciones y cerró la adquisición por cerca de 2.100 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros según el cambio en ese año).
La operación sorprendió a muchos en la industria, especialmente en Italia, donde se percibió como una pérdida de un icono nacional del lujo. A pesar de no haber concretado la compra en ese entonces, Prada mantuvo su interés a largo plazo, lo que se materializó finalmente en 2025.
Durante los años en que Versace formó parte de Capri Holdings, la marca logró expandirse en Estados Unidos y Asia, pero la compañía no obtuvo la rentabilidad esperada ni supo adaptar la idiosincrasia italiana de Prada en los nuevos mercados, por lo que inició una estrategia de desinversión. La venta a Prada responde al objetivo de centrarse en sus marcas principales y mejorar su salud financiera.
Foto: Prada y Versace
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