America First: A Return to Common Sense. Así empieza el programa con el que Donald Trump se presentó a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024. Toda una declaración de intenciones de un hombre polémico hasta la saciedad que cuatro años después volverá al despacho oval de la Casa Blanca reforzado y con el poder del senado a su favor. Una irrupción que, sin duda, alterará los equilibrios del planeta a todos los niveles, también en el ámbito que solemos tratar, el del eCommerce, el marketing digital y las nuevas tecnologías.
En base a ese programa, a sus declaraciones… y a sus actos pasados, estas pueden ser algunas de sus líneas de actuación en estos próximos cuatro años.
Esta es la derivada más evidente y probable de la llegada de Trump a la presidencia. Trump propone altos aranceles en productos extranjeros y el retorno de cadenas de suministro críticas a Estados Unidos. Además, se revocará el estatus de Nación Más Favorecida de China y se eliminarán gradualmente importaciones de bienes esenciales desde este país.
Cuando un país le otorga a otro el estatus de Nación Más Favorecida, le garantiza tratarlo con los mismos beneficios arancelarios y comerciales que otorga a cualquiera de sus otros socios comerciales. Esto incluye, por ejemplo, aranceles más bajos, menos restricciones de importación y un acceso más favorable a sus mercados.
En el programa electoral de Trump, revocar el estatus de Nación Más Favorecida a China implicaría aplicar aranceles y restricciones comerciales mucho más estrictas a sus productos, limitando el acceso de bienes chinos al mercado estadounidense y, en general, encareciendo sus importaciones. Esto tiene dos objetivos:
Esto afectará al comercio internacional y al eCommerce, pues los costes de importación de productos aumentarán para los comerciantes y consumidores estadounidenses, impactando el precio final de los bienes importados. Así, los productos de plataformas como Temu, Shein, TikTok Shop o AliExpress, que han crecido mucho en el mercado estadounidense, verían aranceles significativamente más altos, lo que afectaría directamente a su negocio ya que gran parte de su éxito se basa en productos de bajo coste y dependen de tarifas reducidas para ser atractivos en el mercado estadounidense.
Actualmente, plataformas como Shein y Temu aprovechan la exención de impuestos de bajo valor (“de minimis”) para envíos menores a 800 dólares, lo que facilita su entrada sin aranceles ni impuestos adicionales. Si Estados Unidos avanza en eliminar el estatus NMF, es probable que se amplíen las restricciones en estos envíos de bajo valor, impactando aún más a estas empresas de eCommerce.
Además, es probable que esta acción cause una reacción similar por parte de China, afectando a empresas estadounidenses con intereses en el mercado chino. Esto podría incluir desde restricciones a productos tecnológicos hasta medidas que compliquen las operaciones de marcas americanas en el gigante asiático, generando un entorno menos estable para los actores de ambos países.
Por supuesto, el impacto de estas medidas no solo afectarían a las empresas chinas. Es probable que las empresas españolas que venden en Estados Unidos productos procedentes de China se vean también afectadas, al margen de las restricciones que pueda imponer también a productos procedentes de la Unión Europea.
El plan contempla convertir a EE.UU. en una superpotencia manufacturera incentivando la producción nacional y protegiendo a los trabajadores de la competencia exterior. Las políticas de “Buy American” limitarán el acceso de empresas extranjeras a contratos gubernamentales y promoverán el empleo de trabajadores estadounidenses. Esto puede reducir la competencia en el mercado estadounidense para productos importados y generar una ventaja para los fabricantes locales, pero también podría complicar el acceso de empresas extranjeras al mercado estadounidense.
El programa se opone firmemente a la creación de una moneda digital centralizada (Central Bank Digital Currency, CBDC) y busca proteger el uso y minado de criptomonedas como Bitcoin. Esta postura incluye el derecho a auto-custodiar activos digitales y realizar transacciones sin vigilancia gubernamental. ¿El gran beneficiado? El comercio en criptomonedas y eCommerce que usa pagos en criptomonedas, permitiendo a los usuarios una mayor autonomía financiera y privacidad en transacciones digitales, lo cual es atractivo para el mercado digital.
En cuanto al marketing digital, esta política podría abrir puertas a más soluciones de pago en criptomonedas dentro de los comercios online y crear nuevas estrategias de mercado para atraer a usuarios interesados en la privacidad financiera.
El plan de Trump revoca regulaciones que, según él, limitaban el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) bajo el mandato de Biden: “Derogaremos la peligrosa Orden Ejecutiva de Joe Biden que obstaculiza la innovación en IA e impone ideas de izquierda radical el desarrollo de esta tecnología. En su lugar, los republicanos apoyan el desarrollo de la IA basado en la libertad de expresión y los derechos humanos”.
El programa plantea una política de IA que podría acelerar la innovación tecnológica en el país. Al reducir las restricciones, EE.UU. podría ver un crecimiento en la tecnología de IA, beneficiando a las empresas que dependen de esta tecnología para optimizar sus operaciones y campañas de marketing.
¿La gran pega? Los temores que hay alrededor de una desregulación de la evolución de la IA que acabe derivando en aplicaciones peligrosas para la sociedad en el camino de la búsqueda de la IA general, un campo en el que su postura chocará con la postura de su aliado Elon Musk. Supongo que Musk cederá al ver en el programa un punto que puede favorecer claramente a su empresa Space X: “Bajo el liderazgo republicano, Estados Unidos creará una industria manufacturera sólida en la órbita cercana a la Tierra, los astronautas estadounidenses regresarán a la Luna y luego a Marte, y mejorarán las asociaciones con el sector espacial comercial que revolucionará nuestra capacidad de acceder, vivir y desarrollar activos en el espacio”.
Trump también enfatiza en la protección de infraestructuras críticas contra ciberataques. Aumentar los estándares de seguridad y defender redes y sistemas críticos de actores maliciosos tiene un impacto directo en la ciberseguridad para empresas de todos los sectores, incluyendo eCommerce. Las nuevas medidas de seguridad podrían significar más requisitos para plataformas digitales y mayor responsabilidad para los proveedores de servicios de ciberseguridad.
Al margen de su conocida alianza con Elon Musk, Trump ha tenido relaciones complicadas con algunas de las principales empresas y líderes del sector digital. Así, la relación de Donald Trump con Jeff Bezos, Amazon, Google y Mark Zuckerberg ha sido tensa y conflictiva, marcada por diferencias sobre temas empresariales, fiscales y de libertad de expresión.
Por ejemplo, Trump criticó con dureza a Bezos en el pasado, especialmente por su propiedad de The Washington Post, que ha publicado artículos críticos sobre él. Trump considera que Bezos usa el periódico para influir políticamente y defender sus propios intereses en Washington. Además, ha cuestionado que Amazon no pague su “justa” cantidad de impuestos y ha acusado a la empresa de aprovecharse del servicio postal de EE.UU., lo que, según él, genera costos adicionales para los contribuyentes. Sin embargo, en los últimos tiempos, esta relación ha dado un vuelco, y Bezos ha mostrado su apoyo al republicano y le ha felicitado por su victoria.
Y todo ello pese a que durante su anterior presidencia, cuando Bezos todavía era el CEO de Amazon, Trump intentó influir en la asignación de contratos de defensa que involucraban a Amazon Web Services. Trump también ha explorado la posibilidad de aplicar leyes antimonopolio para restringir el crecimiento de Amazon en el mercado estadounidense, aunque estas ideas no se materializaron
La relación de Trump con Zuckerberg también ha sido conflictiva. Aunque Zuckerberg se reunió con Trump en varias ocasiones durante su presidencia, el expresidente lo ha criticado abiertamente por lo que percibe como censura de voces conservadoras en Facebook. Trump y otros conservadores han acusado a Zuckerberg de influir en las elecciones a través de donaciones realizadas a departamentos electorales locales durante la pandemia, conocidas popularmente como “Zuckerbucks”, lo que Trump considera una intromisión en los procesos electorales a favor de los demócratas
Además, Facebook suspendió la cuenta de Trump tras los eventos del Capitolio el 6 de enero de 2021, lo que exacerbó las tensiones entre ambos. Trump ha amenazado con regular y limitar el poder de las plataformas de redes sociales, con Zuckerberg y Meta como principales objetivos de estas posibles regulaciones.
Por otra parte, Donald Trump ha mantenido una relación conflictiva con Google, acusando a la empresa de censura y sesgo político en sus resultados de búsqueda. Trump y otros líderes republicanos afirman que Google manipula sus algoritmos para mostrar información negativa sobre él y ocultar contenido conservador, aunque estas alegaciones carecen de pruebas concluyentes y han sido refutadas por Google, que asegura que sus algoritmos no favorecen ninguna ideología. Durante su mandato, Trump exploró la posibilidad de regular o sancionar a Google por estas supuestas prácticas, e incluso planteó medidas antimonopolio para controlar su influencia en el mercado de la información. Ahora, en su campaña de 2024, Trump ha renovado su intención de investigar y posiblemente procesar a Google, reiterando que sus políticas perjudican a los usuarios conservadores.
Imagen: Flux Schnell
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