“Lo que conocemos hasta ahora va a cambiar de manera radical. Hasta que no llegue ese momento, no vamos a saber realmente el cambio cómo de grande va a ser. Y eso se traduce en que tenemos que aprender a convivir con la incertidumbre”. Esta frase, que bien puede resumir el día a día de quienes trabajan en SEO, fue el punto de partida de la ponencia que MJ Cachón, directora de la agencia especializada en estrategia y SEO, Laika, que adelantó las tendencias 2025 en el mundo del posicionamiento web.
A continuación, analizamos la actualidad y el futuro del SEO con el aporte de Cachón, basándonos en cuatro ejes: la adaptación flexible y ágil a los cambios, la fragmentación de las búsquedas, el uso de la IA, la calidad y autenticidad como diferenciadores, y el uso de medición avanzada.
Este artículo forma parte de nuestro “Especial Tendencias 2025”, en el que 28 expertos del sector adelantan todo lo que se viene en el mundo del marketing y el eCommerce para el próximo año.
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El entorno SEO actual exige más flexibilidad que nunca. Con cambios constantes y un ecosistema de búsqueda en evolución, los profesionales deben priorizar la agilidad y la capacidad de prueba. Esto implica crear estrategias dinámicas basadas en experimentos y análisis.
Para triunfar, debemos entender que Google no es solo una herramienta, sino un ecosistema en expansión, lo que demanda monitorizar hacia dónde se dirigen sus actualizaciones y ajustar las estrategias en consecuencia.
Aunque Google sigue siendo el líder indiscutible, las búsquedas están cada vez más fragmentadas. Factores como la regulación en Europa, que permite a los usuarios elegir su motor de búsqueda predeterminado, y el auge de buscadores como Tik Tok e Instagram están redefiniendo el terreno. Especialmente entre los jóvenes, plataformas como estas se utilizan para investigar destinos de viaje, tendencias o actividades, relegando a Google a un segundo plano en ciertos casos.
Además, los CPCs (coste por clic) en Google Ads siguen en aumento, lo que obliga a una mayor integración entre estrategias orgánicas y pagadas. Las empresas deben explorar otros buscadores y formatos para maximizar su alcance y adaptarse al comportamiento cambiante de los usuarios.
La inteligencia artificial generativa ha transformado el SEO, pero no es la solución definitiva. Herramientas como ChatGPT o Perplexity ofrecen nuevas posibilidades, pero su uso debe ser estratégico. Si bien son útiles para automatizar tareas como la investigación de palabras clave o la creación de esquemas, depender de ellas para generar contenido sin supervisión puede comprometer la calidad y originalidad.
El enfoque debe ser claro: usar la IA para complementar procesos creativos, no para reemplazarlos. La clave estará en reutilizar contenido existente para nuevos formatos -por ejemplo, vídeos en plataformas sociales- y mejorar la presencia en buscadores integrados con IA, como Bing con su Copilot.
A pesar de que la IA generativa tiene corta vida en la generación de contenidos, la web ya está saturada de textos, imágenes y todo tipo de creaciones generadas con esta nueva tecnología. Por eso, la calidad y autenticidad son más importantes que nunca, convirtiéndose en los diferenciadores clave.
Las estrategias que se limitan a replicar lo que ya existe pierden relevancia frente a las que aportan nuevas perspectivas o insights. Esto exige priorizar el esfuerzo humano en la generación de contenidos que respondan a necesidades reales del usuario.
Google ha elevado el estándar de calidad en su indexación, ignorando páginas que no cumplen con requisitos mínimos. Las empresas deben enfocarse en contenido bien estructurado, original y basado en datos propios o experiencias únicas. Este enfoque mejora la satisfacción del usuario y facilita destacar en los resultados de búsqueda.
El último reto está en cómo medir el éxito en este nuevo panorama. Con la aparición de nuevas plataformas y modelos de búsqueda, es fundamental desarrollar métricas personalizadas que reflejen los cambios. Esto incluye ratios de calidad y actividad que identifiquen páginas con bajo rendimiento y permitan ajustes precisos.
Herramientas como mapas de calor y análisis de comportamiento ayudan a entender mejor las necesidades de los usuarios y diseñar experiencias optimizadas. La integración de disciplinas como UX (usabilidad del usuario) y CRO (optimización de la conversión) se vuelve imprescindible para garantizar que los contenidos no solo atraigan, sino también retengan a los usuarios.
El futuro del SEO exige flexibilidad, enfoque en la calidad y apertura a nuevas plataformas. Aunque el ecosistema de búsqueda está fragmentándose, el objetivo sigue siendo el mismo: satisfacer al usuario. Apostar por la autenticidad, medir constantemente y adaptar estrategias con prueba y error serán los pilares para mantenerse relevante en un área que tiene al cambio constante como esencia principal.
Foto: ChatGPT
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