Desde su auge hace unos años, la palabra “composability” no ha dejado de acompañarnos. Empresas de todo el mundo necesitaban adoptar este enfoque para satisfacer las elevadas demandas que exigía la transformación digital. Y con esta arquitectura, que en España decidimos empezar a nombrar “modular” (aunque en el fondo es “composable”), surgieron otras tecnologías como la “headless” o la de “microservicios” impulsando la flexibilidad y agilidad de los ecommerce. Así, un enfoque composable no es otra cosa que brindar a los retailers la posibilidad de ofrecer una mejor customer experience, optimizar sus stocks y adoptar nuevas tecnologías a la velocidad de un rayo.
Adoptar este enfoque no necesariamente implica que tengamos que renovar nuestra plataforma en su totalidad porque afortunadamente contamos con una nueva pieza: la “pragmatic composability”, una visión que nos ayuda a implementar nuevas funcionalidades sin tener que destruir lo que ya teníamos. Pero, ¿qué nos trae hasta aquí?
Los sistemas monolíticos son cosa del pasado y las empresas buscan alternativas. Tener un sistema único, enorme y costoso para actualizar y expandir son desventajas que han superado con creces a los beneficios.
En la búsqueda de una alternativa atractiva que sea capaz de hacer frente a estas plataformas monolíticas, nace el concepto de composability, un nuevo enfoque tecnológico que combina diferentes soluciones de software para dar vida a una arquitectura capaz de satisfacer las necesidades de las organizaciones, tanto ahora como en el futuro.
En un contexto en el que no dejan de sucederse nuevas tendencias digitales, los eCommerce necesitan poner el foco en su constante actualización para poder seguir siendo competitivos. Un enfoque composable permite adaptación, escalabilidad y evolución gracias a las siguientes características:
Mientras que los sistemas monolíticos antiguos suponen un desafío a la hora de actualizarlos, mantenerlos y expandirlos, las arquitecturas modulares simplifican esta tarea porque dependen de tecnologías nativas en la nube que se actualizan de forma automática. Además, el uso de microservicios y tecnologías headless facilitan la integración de nuevos elementos.
Si tuviéramos que encontrarle un claim a la tecnología composable, ese sería: “Desarrolla menos y prueba más”. Con los sistemas antiguos es muy costoso probar nuevas funcionalidades porque si luego no funcionan, eliminarlas supone esfuerzo. En cambio, la flexibilidad de la tecnología modular permite a los retailers probar todas aquellas funcionalidades que deseen y luego revertirlas si no obtienen el retorno que esperaban. Es decir, no existe una dependencia hacia el proveedor y el riesgo para la arquitectura del ecommerce es casi nula.
Un ejemplo, en noviembre de 2022 OpenAI lanzó ChatGPT, y ahora en la mayoría de ecommerce encontramos chatbots, personalización y otras funcionalidades impulsadas por la IA que les ayudan a destacar. Adoptar un enfoque modular es clave para incorporar este tipo de tecnologías y desarrollar un ventaja competitiva en el mercado.
El digital commerce se mueve igual de rápido que sus consumidores. Y es que lo que hoy es una preferencia, mañana puede cambiar. Los retailers tienen que estar preparados para seguir este ritmo adaptándose a los nuevos gustos de sus clientes, y ajustando sus estrategias de stock cuando surgen incidencias en la cadena de suministros. Justamente, lo que permite la tecnología composable es capacitar a las organizaciones para moverse con rapidez de forma que puedan abordar los vertiginosos cambios del mercado en tiempo real.
Hablamos de beneficios que no se quedan en la teoría. Grandes players como Carrefour, Sony o Amettler Origen, supieron adoptar un enfoque modular que se ha traducido en más conversiones, el aumento del valor promedio del pedido, una expansión rápida a nuevos lugares y una mejora en la atención al cliente notoria.
En primer lugar, y para tranquilidad de todo el que decida adoptar un enfoque composable, ¡no te preocupes! No tienes que renovar tu sistema por completo. No hay que empezar de cero, porque aquí es donde entra en juego el concepto de Pragmatic Composability.
El término “Composability” no está sujeto a tecnologías específicas. Lo que se pretende es extraer los máximos beneficios posibles a este nuevo enfoque: agilidad, escalabilidad, flexibilidad y resiliencia. ¿Qué hace, entonces, el Pragmatic composability? Integrar todas estas ventajas en una arquitectura que ya existe a través de una migración gradual.
Pragmatic composability nos brinda la posibilidad de adoptar una tecnología modular y escalable sin necesidad de destruir lo que ya teníamos. De esta forma, los retailers pueden minimizar interrupciones y maximizar el time to value.
Ahora bien, para poder adoptar este enfoque, es necesario aliarse con soluciones que cuenten con un diseño adaptable a la arquitectura existente para lograr su integración. Teniendo esto en cuenta, es importante que los retailers piensen en su configuración actual antes de seleccionar nuevas tecnologías sin dejarse llevar por soluciones incapaces de añadir valor a su configuración actual.
Así pues, no estamos hablando solo de un enfoque tecnológico, hablamos también de un cambio de mentalidad para las empresas. Pragmatic composability une al equipo de IT y al negocio alrededor de un conjunto de tecnologías que impulsan a toda la organización. Todo ello con el propósito de ofrecer aquello que los clientes necesitan al mismo tiempo que crecen y evolucionan sin necesidad de realizar una renovación costosa de su sistema.
Imagen: GPT Plus
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