¿Puede ser que las herramientas de productividad… estén haciendo descender nuestra productividad?
En los últimos años, y más desde el Big Bang de la IA, hemos ido acumulando un número cada vez más llamativo de herramientas que utilizamos en nuestro día a día laboral. Para personas, como yo mismo, que tienden a saltar de pestaña en pestaña del navegador y de herramienta en herramienta de la suite de Google, esto es cada vez más evidente.
Pero al margen de lo visual, puede que tanta herramienta esté afectando al resultado de nuestro trabajo.
Esto es lo que afirma un nuevo estudio desarrollado por Lokalise entre 1.000 trabajadores del sector de las TICs en Estados Unidos. El informe concluye que la proliferación descontrolada de software en el entorno laboral —el llamado “tool overload” o fatiga por herramientas— no solo reduce la concentración, sino que supone una pérdida de tiempo anual equivalente a semanas laborales enteras.
De hecho la investigación desmonta la idea de que tener más aplicaciones equivale a ser más productivo, demostrando que la necesidad de alternar constantemente entre plataformas y gestionar notificaciones se ha convertido en uno de los mayores destructores de eficiencia.
Según los resultados de la encuesta, la fatiga por herramientas no es solo una molestia, sino un coste cuantificable:
Frente a lo que se podría pensar, las plataformas de comunicación que usamos a diario (email, chat, videoconferencia) son las que más fatiga generan. Así, en el top 3 se sitúan Outlook (35%), Microsoft Teams (29%) y Gmail (24%), que fueron señaladas como las herramientas que más tiempo o energía mental roban a los empleados, muy por delante de otras como Zoom, Outlook Calendar, Google Drive, Slack o ChatGPT, que también figuran entre las 10 principales culpables. Al analizar las categorías de software, el correo electrónico (43 minutos perdidos por semana) y las aplicaciones de chat/mensajería (39 minutos perdidos por semana) lideran la lista de tiempo desperdiciado.
Por otra parte, el 45% de los encuestados afirmó sentirse abrumado por las alertas, pings o notificaciones, lo que subraya un fallo en la gestión de la comunicación digital en lugar de en las herramientas en sí.
Pero, como te puedes imaginar, la fatiga digital tiene consecuencias más allá de la productividad, afectando directamente la salud mental y el equilibrio entre vida personal y laboral. El estudio destaca que tres de cada cinco trabajadores (60%) admiten sentirse presionados a responder inmediatamente a las notificaciones, incluso fuera de su horario laboral, difuminando las fronteras entre el trabajo y el descanso personal.
Además, a pesar de que más de la mitad de los trabajadores (56%) siente un impacto negativo semanal por esta fatiga, cerca del 79% de los empleados afirma que su empresa no ha tomado ninguna medida para reducir el exceso de herramientas o consolidar plataformas.
El estudio de Lokalise concluye que esta sobrecarga es un “riesgo estratégico” para cualquier empresa. La recomendación es clara: la consolidación de herramientas debe ser tan crítica para los líderes tecnológicos como la escalabilidad de la infraestructura, ya que reducir esta fatiga por el uso de herramientas es la vía más directa para recuperar el foco, proteger el bienestar del personal y, claro, aumentar el rendimiento.
Imagen: Gemini
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